Unos magos de oriente fueron a reconocer a Jesús como rey. Eso nos cuenta un relato del evangelio de Mateo. Jesús es el ofrecimiento del amor de Dios para todos, sin excepción, no solo para unos cuantos. Jesús nos muestra que en Dios no hay exclusividades. Su acción es siempre incluyente porque es compasivo y amoroso con todos. Esa apertura a todo ser humano es el mensaje de la adoración de los magos.
Revisemos, también como consecuencia de estas celebraciones que hemos concluido, si de verdad somos incluyentes con nuestras actitudes y decisiones, o si tal vez, dejamos de lado a ciertas personas por cualquier tipo de prejuicio.
José Roberto Arango Londoño, s.j.
Director General,
Congregación Mariana